Soy un lapso efímero en el transcurso de tu existencia, disipado por tu memoria. Desde las oscuras entrañas de la consciencia insuflo luz y vida a una humanidad inmóvil, fosilizada en un mundo extraordinario que no deja de crecer. No permitas que mi diligente e inquebrantable impulso te intimide. Si bien mi rostro férreo pudiese parecer impetuoso, incluso distante, te aseguro que mis manos son delicadas y mis brazos poderosos. Te arrebataré la noción del tiempo mientras te guío, aunque por desgracia esto no durará siempre. Para que tú seas libre, yo debo vivir atrapado eternamente en estas vías.