Las historias duran lo que deben durar. En ocasiones, los personajes se resisten a cerrar su efímera existencia en setenta líneas y sus pasos continúan firmes, hasta alcanzar su destino.
Aquí encontrarás esos relatos breves que crecieron hasta convertirse en cuentos. Historias que decidieron disfrutar del camino, olvidándose de que tenían que llegar a su final, si es que tal final existió alguna vez.
Aunque los cuentos tienen una extensión mayor de setenta líneas, he decido mantener el espíritu del blog dividiendo estas historias en capítulos, impregnándole ese carácter de las ediciones en revistas de principio del siglo XX. Cada uno de ellos mantendrá la extensión original de mil palabras, que serán editadas en una única página donde poder disfrutar el cuento completo una vez finalizadas las entregas.
Espero que disfruten de estas líneas.